Gabriel Carrión, 13:21/28-01-2021
Esta claro que conforme pasan los días se nos atraganta más aceptar las mentiras de quienes nos dirigen. El pueblo poco a poco recibe la cantidad necesaria de información a través de las redes sociales como para saber cuando sus gobernantes le mienten. Desde su presunta ignorancia la Unión Europea nos mintió descaradamente cuando nos prometió millones de vacunas que no llegan; dicha mentira en un nuevo alarde de desinformación, también se nos vendió por parte del ejecutivo español. Primero Salvador Illa y luego Pedro Sánchez se hicieron foto tras foto, amparados por los medios de comunicación que ahora comienzan a criticarles, afirmando que todo andaba solucionado.
Y nosotros, el pueblo, tragando mentira tras mentira. Resulta que de los 6 contratos firmados con diferentes farmacéuticas, la Unión Europea no ha visto cumplido ninguno en tiempo y forma. El retraso permanente en la entrega de las vacunas está poniendo de manifiesto que los gestores tanto nacionales como europeos deberían dimitir por creer que las farmacéuticas van a ser serias. ¿Desde cuando dichas empresas que trafican con la salud de tantos se van a interesar en cumplir sus compromisos, si saben que pueden ganar más?
El poder radica en aquellos a los que se les deja tener la sartén por el mando y no son otros que los ejecutivos de las empresas farmacéuticas. Ahora resulta que cada país podía comprar vacunas, tal y como lo hicieron Israel y otros. Un ministro alemán indignado manifiesta que al menos quedan todavía diez semanas para que podamos afirmar que las vacunas llegaran con la regularidad que se contrató.
Muchos vacunados con la primera dosis no van a poder recibir la segunda en tiempo y forma. Ahora ya se afirma que se puede alargar el plazo, ya no haría falta vacunar a los 21 días, quizá se pueda retrasar una semana o dos. Los ciegos, ya sean científicos o políticos nos inoculan el virus de la mentira piadosa y nos dejan a merced de la pandemia.
La lista de los vacunados fuera de los protocolos crece. ¡Sálvese quien pueda!. Pero a nosotros nadie nos da respuestas. La Unión Europea se ve desbordada por la infamia de las grandes farmacéuticas, los sanitarios cansados y deprimidos intentan levantar la voz, pero acusando de manera errónea a quien menos culpa tiene. La desinformación campa a sus anchas y la prensa infame sigue dando alas a unos políticos ineptos que no merecen el sueldo que cobran.
Debemos ser un país de mierda cuando tenemos unos políticos de mierda. Y no me hablen de ideologías, aquí muere todo el mundo y todo el mundo debería estar arrimando el hombro, en vez de andar arrollando a tantos.
Nunca una sociedad vivió de manera tan miserable, con dirigentes tan mediocres y con unas empresas farmacéuticas más interesadas en su cuenta de resultados que en aplicar todos los recursos, a unos precios moderados, para solucionar un tema que ya huele.
Llevo desde marzo haciéndolo bien, ¿que están haciendo ustedes? En mi humilde opinión contando votos y salarios.
Por cierto permitan que aparezca con mascarilla en la foto que ilustra este artículo de opinión, porque una vez cerrada la hostelería, jodidos los autónomos, los bares, restringidos los paseos al aire libre, las reuniones, la libertad y hasta la forma de pensar, no deseo que me multen por salir sin mascarilla en la foto.
Tan sólo nos falta que nos hagan un tes te antígenos metiéndonos el palo por el culo, como han empezado a hacer en China, para ver si nuestra mierda esta contagiada. Igual soy positivo en mierda infectada, aunque no se me ocurre cual es el tipo de vacuna que utilizarían para sanar mi trasero.